A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

jueves, marzo 31

Como Venecia sin agua.

Y dejar todo surgir, como el primer día. Sin miedo, por que ahora todo saldrá bien ¿verdad?.


Era sábado. Como todos los sábados me preparé para otra de tantas noches de fumar y beber y pasárselo en grande. Me puse los tacones mas altos y me pinte los labios mas rojos, que otros días. Fue uno de esos día que algo me decía que iba a ser difícil de olvidar.
Estaba yo con mi copa de vodka y mi cigarro de lucky cuando apareció él por la puerta. No sé que paso. No sé si fue el olor a hachís, el contacto con tu piel, el murmullo del sábado noche, los bajos de aquellos altavoces que retumbaban tanto, no sé. Nos miramos a los ojos, nos acercamos lento... y lo dejamos todo surgir, sin miedo a lo que pudiésemos encontrarnos el domingo, en aquel portal, tumbados.

No hay comentarios: