A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

martes, marzo 8

Cobarde

Si hablo de él. Es un cobarde, cobarde por engañarse, por engañarle a su corazón. Por esconder sus sentimientos, por intentar no sentir. Cobarde por no decirme dos palabras que lo hubiesen cambiado todo. Cobarde por no querer ver lo evidente. Cobarde por tener miedo al amor. Por miedo al amor. Si él, que tan solo es otro cobarde más en el mundo, que va por ahí de valiente. De valiente...

No hay comentarios: