A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

domingo, enero 2

Que caperucita se nos enamoro del lobo feroz,


El que mas daño la a echo, el que no la dejaba conciliar el sueño. Ese si, ese mismo. Se podía haber enamorado del príncipe de ensueño ¿no? No, que vá, caperucita es masoca le gusta el dolor.

No hay comentarios: