A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.
miércoles, enero 19
Bienvenida a mi mundo, de colores
aquí no hay dolores, ni
mal de amores
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