A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.
domingo, enero 30
hoy sin embargo tengo la minima inspiracion
pero volveré con un armamento cargado de palabras, que aveces son la peor de las armas
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