A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.
miércoles, enero 19
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Me puedes encontrar, en mi habitación, con la música a toda hostia y la mente en otro sitio. Dando un paseo en la playa pensando cuando llegara el verano. En todas las fiestas de por aquí. Fumando un cigarro en el balcón.
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