A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

lunes, mayo 31

como una historia de amor entre el sombrerero loco y la liebre de marzo.

Y aun teniendo el matiz presente
de que toda la vida es mucha vida
pero no tanta.
y digo, valga la redundancia, los días en que vienes a verme.
mientras me cojo un cigarro y me digo: no tengo fuego, él los tiene todos.
Y que no tenerte a mi lado es un lujo cotidiano que no permites permitirme.
aun quitándole el confeti a cada beso... y que el futuro es un molde con el que debes mancharte de barro, habrá que dibujar de osadías los límites de la imaginación,...

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