A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.
lunes, mayo 31
y aspiro hasta que llegan las taquicardias.
después, paseo por este madrid ya para entonces afrodisíaco, y todo me huele a ti.
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