A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.
sábado, mayo 15
merme y dale con el merme.
No, mira ahora jamón no me apetece... pero quizá mermelada... sí.
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