A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

martes, mayo 11

Todo merece un poquito más la pena.

Nunca vuelvas a casa si no tienes una buena razón para dormir, el cansancio no cuenta, las fuerzas siempre dan para un paso más del que das por perdido, los sueños valen más si abres los ojos, la pornografía desgasta, sobretodo la imaginación, y el péndulo de rutina en el que decides cortarte no te servirá de nada, las agujas del reloj son esa droga que todos decían "cuidado al probarla, puedes engancharte"

No hay comentarios: