A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

domingo, mayo 30

La curiosidad mató al gato y a mí...

Me destrozó el corazón.

No hay comentarios: