A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito.

miércoles, abril 18

i lavidasemerompeenmilpedazos

que no quiero, ni puedo imaginarme la vida en su ausencia...
que si tu eres como mi agua,¡imagina mi vida en tu ausencia!
que te quiero sin quererlo tonto... 

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